Las prácticas escénicas representan a la sociedad que las produce, ya sea a través de su reflejo en forma de espejo o por oposición. En el caso de la canción española, heredera de la tradición literaria y escénica del grupo del 27, las músicas y las letras cuentan historias de amores, desamores, traiciones y situaciones comunes -aunque silenciadas por la moral oficial- en el imaginario sentimental de una España en blanco y negro. Nombres como los de  Miguel de Molina, Estrellita Castro, Imperio Argentina, Concha Piquer o Juanita Reina popularizaron un repertorio que se convirtió en la banda sonora de varias generaciones. Las estrategias  para la expresión de la afectividad y sus formas de espectacularización en la escena, plasmaron la transformación, en un tiempo y un contexto determinado, de la cultura popular.

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El apoyo del régimen franquista a la copla propició la difusión de determinados artistas y repertorios a través de las industrias del teatro, el cine y de la radio, aunque su instrumentalización parcial como uno de los símbolos en los que se asentaba la identidad nacional, contaminó su devenir. El apoyo posterior de artistas como Carlos Cano, Joan Manuel Serrat o Terenci Moix, que reivindicaron el género alejándose de una visión dogmática, permitió el redescubrimiento, libre de prejuicios, de la canción española.

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El Congreso Internacional «Copla, ideología y poder», IV encuentro a su vez de la Comisión de Trabajo de la SEdeM «Música y artes escénicas», pretende reunir a investigadores, especialistas y estudiantes para analizar y comprender, desde diferentes ámbitos y miradas,  las jerarquías de poder que se articulan detrás de la escena –en este caso vinculada a la copla-, así como analizar los modos de recepción de las formas de producción artística, más allá de la experiencia estética.